Cuando las negociaciones sobre el cambio climático inician su última semana, los países africanos han tirado hoy de la palanca de emergencia en Copenhague ante la resistencia de los países ricos a discutir reducciones obligatorias de emisiones, lo que ha traído el caos a las negociaciones.
“África ha tirado del freno de emergencia para evitar que el tren se estrelle al final de la semana. Los países pobres quieren un resultado que garantice reducciones profundas de las emisiones mientras que los países ricos están tratando de retrasar las negociaciones sobre el único mecanismo que actualmente tenemos para lograr este objetivo: el Protocolo de Kyoto” dijo Jeremy Hobbs, Director General de Oxfam Internacional desde Copenhague.

No se trata de bloquear las negociaciones, se trata de si los países ricos están dispuestos a garantizar su acción contra el cambio climático y de la supervivencia de la gente en África y en todo el mundo.
Australia y Japón se quejan mientras bloquean al mismo tiempo la adopción de obligaciones vinculantes de reducción de emisiones de los países ricos. Este diente por diente no es el camino para afrontar la crisis climática.
Los países africanos se han negado a continuar con las negociaciones a menos que las conversaciones sobre el segundo período de compromisos del Protocolo de Kyoto sea priorizado sobre las discusiones más generales de los compromisos a largo plazo (LCA).
“Australia, Japón y otros habían conseguido paralizar las discusiones sobre el Protocolo de Kyoto. De las dos vías de negociación abiertas en Copenhague, sólo la del Protocolo de Kyoto incluye mecanismo para la obligatoriedad legal de las reducciones de emisiones por parte de los países ricos”, afirmó Jeremy Hobbs.
“Antes de la suspensión formal de las negociaciones, éstas se encontraban estancadas –hasta ahora, los países ricos no se han mostrado dispuestos a ceder en financiación climática o en metas de reducción de emisiones, y los actores más importantes no quieren hablar sobre la naturaleza jurídica del acuerdo que resultará al final de la semana. Necesitamos con urgencia que los líderes del mundo cojan el toro por los cuernos y resuelvan estos temas ahora.”
El Director General de Oxfam Internacional Jeremy Hobbs finalizó diciendo claramente:
“Sabemos qué se necesita: reducción drástica de emisiones, 200.000 millones de dólares en dinero nuevo y adicional para ayudar a los países pobres a combatir el cambio climático y garantías de acción. Tendremos más de 130 personas entre las más poderosas del mundo en un único lugar. Se trata de una oportunidad de oro para evitar el desastre climático. No debe desperdiciarse.”
Los Pueblos Indígenas también hablaron
Por otra parte, el Foro Internacional de los Pueblos Indígenas sobre Cambio Climático, instancia que agrupa a los representantes de las Naciones Indígenas de varia partes del mundo, hizo entrega oficial de una propuesta a ser considerada en la redacción del documento final que elabora el grupo de trabajo ad-hoc sobre Acciones Corporativas de largo plazo bajo la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
Los resultados de este grupo se consideran claves para salvar la Cumbre de Copenhague, que actualmente se encuentra estancada ante la insistencia de los países desarrollados liderados por los Estados Unidos de poner fin al Protocolo de Kyoto.
Los Pueblos Indígenas solicitaron a los gobiernos un compromiso para que "respeten y promuevan el pleno goce de los derechos de los pueblo indígenas, cuidando los estándares y obligaciones de derechos humanos en todos los asuntos relacionados al cambio climático, asegurando la plena y efectiva participación, incluyendo su consentimiento libre previo e informado, de conformidad con la Declaración de las Naciones Unidas", dice el documento.
El Maluku del Consejo de Autoridades de Bolivia, Rafael Quispe, miembro del Foro Internacional considera que "el espíritu de cualquier acuerdo que se pueda alcanzar en la Cumbre, debe incluir el derecho de los pueblos indígenas a la libre determinación y al autogobierno, para evitar la imposición de soluciones desconociendo la realidad socioeconómica y cultural de las comunidades locales".
Además, afirmó que es urgente superar el carácter estrictamente político para que el posible acuerdo sobre cambio climático incluya un Tribunal Internacional de Justicia Climática en el que se pueda exigir y sancionar su efectivo cumplimiento.
Por su parte, organizaciones de 35 pueblos indígenas de los Estados Unidos han demandado al presidente estadounidense Barack Obama su compromiso con "una política climática y energética justa", especialmente considerando la necesidad de limitar el desarrollo de las industrias extractivas y la energía fósil que actualmente se impone a las comunidades de muchos países.