El Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) advirtió sobre varios peligros medioambientales en Haití, a dos semanas del terremoto que devastó a la capital y a otras ciudades aledañas.

Uno de ellos es el desecho de materiales médicos apilados en hospitales y centros de tratamiento sin que exista un sistema o equipo especial para eliminarlos.
El PNUMA indicó que está trabajando con la Organización Mundial de la Salud y con el gobierno para establecer un espacio apropiado para depositarlos, así como procedimientos para su manipulación.
Otro problema para el medio ambiente es la inmensa cantidad de escombros y materiales de demolición.
Se calcula que en el epicentro del terremoto el porcentaje de destrucción de edificios y otras estructuras osciló entre el 60 y el 80%.
Pese a los esfuerzos de reciclado, explicó el organismo de la ONU, se están arrojando grandes cantidades de escombros en los costados de las carreteras.
El PNUMA afirmó que está trabajando con otras organizaciones para desarrollar una estrategia de administración de escombros.
Salvaguardar el patrimonio haitiano: otra gran tarea
Y mientras salvar vidas y aportar ayuda humanitaria sigue siendo la prioridad absoluta para la comunidad internacional que trabaja en Haití ayudando al país a hacer frente al devastador terremoto la UNESCO por su parte ha comenzado a recibir información sobre el estado del patrimonio cultural del país, en particular de dos sitios: el Parque Nacional Histórico –Ciudadela, Sans Souci y Ramiers–, situado al norte del país, y Jacmel, en el sureste haitiano.
El Parque Nacional Histórico, un complejo de edificio de principios del siglo XIX que incluye las ruinas de un palacio real y la mayor fortaleza del hemisferio occidental, al parecer no ha resultado dañado por el temblor.
Con todo, la UNESCO sigue recabando información detallada sobre el impacto del sismo en este sitio, inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial
En cambio, en la ciudad colonial de Jacmel, fundada a finales del siglo XVII, se han producido daños muy severos. Muchos de los edificios de la ciudad colonial francesa, fundada a finales del siglo XVII se han derrumbado.
La ciudad colonial de Jacmel figura desde 2004 en la Lista Indicativa que Haití considera aptos para ingresar en la Lista del Patrimonio Mundial.
El Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO ayudará a Haití en la evaluación de los daños y determinará maneras de repararlos lo antes posible.

El Patrimonio inmaterial, básico para la recuperación psicológica
Algunos sobrevivientes del terremoto de Haití han sido vistos cantando canciones e himnos tradicionales y tocando tambores como manera de buscar alivio y fuerza en su rico patrimonio cultural inmaterial, que es en muchos casos todo lo que les queda.
La UNESCO se dispone a movilizar a especialistas de campo que ayuden a los supervivientes a usar este patrimonio cultural, contribuyendo así a restaurar las comunidades, reparar los lazos rotos entre generaciones y aumentar la autoestima de los haitianos.
Entre los proyectos que se están estudiando figura entregar a los jóvenes equipos para grabar las historias, canciones y memorias de los miembros más ancianos de las comunidades.
La UNESCO planea también inventariar y contribuir a la seguridad de las colecciones de los museos e instituciones de arte haitianos dañados en el terremoto, entre los que figura el Museo de arte haitiano de Puerto Príncipe.