Seductores y traficantes, organizados en redes criminales, actúan en todos los continentes en busca de víctimas para el tráfico de seres humanos. Su blanco preferido: las mujeres, las niñas y los niños.
Según datos divulgados recientemente por el Fundo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), se calcula que cerca de dos millones de niñas y niños son hoy obligados a prostituirse en el comercio sexual mundial.
Por su parte la Agencia de la Naciones Unidas contra la droga y crimen (UNODC), expresa en un informe, que anualmente, entre 800 mil y 2.4 millones de personas en todo el mundo, se transforman en esclavas del tráfico de seres humanos.

De ese total, el 83% de las víctimas son mujeres, siendo que el 48% de ellas son menores de 18 años. En cambio los hombres representan solamente el 4% del total, "y cuando eso sucede, suelen ser refugiados o inmigrantes ilegales".
Los datos presentados en el informe de la UNODC, relevan que la principal finalidad del tráfico de personas es la explotación sexual. El en 92 % de los casos analizados, las víctimas fueron "reclutadas" para este fin.
Según el estudio, por cada ser humano traficado de un país a otro, la ganancia de las redes criminales puede llegar a 30 mil dólares anuales.
En la mayoría de las oportunidades, las víctimas caen en la redes del tráfico de personas por medio de engaños (falsas promesas de trabajo con el transporte pago a los países de destino), deudas supuestamente contraídas para gastos de transporte y alimentación y; además permanecen en situación de servidumbre.
Generalmente mujeres y niñas son forzadas a continuar en la prostitución para pagar las supuestas deudas. Según la organización "Juntos contra el tráfico de seres humanos", estimaciones internacionales apuntan que la actividad del tráfico genera en el comercio ilegal, ganancias cercanas a los 27 mil millones de euros anualmente.
Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la ganancia anual producidas por el tráfico de personas llega a 36.6 miles de millones de dólares.
Secuelas sociales, marcas individuales
Las consecuencias de las actividades del tráfico son devastadoras en la vida de sus víctimas. Inicialmente este crimen roba la libertad y la dignidad de las personas traficadas, causando además múltiples traumas psicológicos.
Otras enfermedades son provocadas por el trabajo excesivo, la falta de condiciones adecuadas de alimentación y seguridad. Las enfermedades sexuales también son diagnosticadas con frecuencia.
En el caso de la explotación sexual comercial, además de las enfermedades sexualmente trasmisibles, mujeres, niñas y niños son frecuentemente dependientes de drogas, ya que muchas veces son sedadas y drogadas para prostituirlas.
En diversos países del mundo, el fenómeno está vinculado a problemas culturales y sociales como la pobreza y la exclusión social, que además se alimentan en un interminable círculo vicioso.
El tráfico de personas es considerado por la comunidad mundial, como un atentado violento contra los derechos humanos, que mantiene a sus víctimas en situación de servidumbre y esclavitud, por medio de la explotación sexual y laboral.