La Mutilación Genital Femenina (MGF) es una práctica que han sufrido en el mundo entre 100 y 140 millones de mujeres, la mayoría de ellas en el continente africano. Cada año, a pesar de las prohibiciones de la mayoría de los gobiernos, este número aumenta y, aunque la prevalencia de este ritual ha disminuido en muchos países, la edad en la que se practica es cada vez menor.
El 6 de febrero se celebró el día por la abolición de esta práctica y Agnes Pareyio visita Madrid, invitada por Mundo Cooperante, para relatarnos su trabajo contra la MGF y los matrimonios tempranos a los que se ven sometidas las niñas y jóvenes de su comunidad masai, al suroeste de Kenia.
Su trabajo ya le valió para que, en el año 2005, las Naciones Unidas la proclamaran mujer del año y hoy sigue luchando, a través de su proyecto de intervención, Tasaru Ntomonok (Rescate de la mujer).
¿Cuál es el mensaje que ha venido a lanzar en Madrid?
El mensaje que me gustaría transmitir durante mi estancia en Madrid es que las mujeres en África han recorrido un largo camino en la lucha por sus derechos. En este sentido, me gustaría mencionar que la cultura africana todavía sitúa a la mujer en último lugar, y la hacen sentir como algo inferior en la sociedad.
A las mujeres en África no se les permite tomar decisiones sobre su propia sexualidad; sobre derechos de propiedad, o sobre decisiones directamente relacionadas con las oportunidades económicas. Tengo la esperanza de que todos los que nos apoyan y las personas de buena fe se den cuenta de la necesidad de unir esfuerzos para dar el suficiente poder a las mujeres africanas en la lucha por sus derechos.
¿Cuál fue el detonante que le hizo dedicarse a luchar por los derechos de la mujer?
Comencé mi lucha por los derechos de las mujeres después de que yo personalmente sufriera una situación muy dolorosa que me intimidó como persona, me redujo a nada, y posteriormente me hizo estar sometida al sufrimiento de prácticas culturales retrógradas en contra de mis deseos. Deseaba que llegara el día en que pudiera levantarme y gritar NO a esas prácticas culturales que podían someter a jóvenes y niñas al mismo dolor por el que yo había pasado.
¿Qué podemos y debemos hacer para poner fin a la práctica concreta de la mutilación genital femenina?
Entre las comunidades que la practican, la Mutilación Genital Femenina permanece como una actividad cultural tan profundamente arraigada que la gente piensa que mantiene la dignidad de esa comunidad.
Teniendo esto en cuenta, las estrategias puestas en marcha tienen que ir encaminadas a luchar contra este error. Si lo vemos desde una perspectiva cultural, para luchar contra la Mutilación Genital Femenina es necesaria una estrategia común que evite confrontaciones.
Ello incluye, entre otros aspectos, dar a conocer a la comunidad los peligros y efectos de la Mutilación Genital Femenina; trabajar codo con codo con los líderes de todos los sectores dentro de cada comunidad, después de formarles acerca de los efectos y peligros de esta práctica; contratar a personas de confianza que se encarguen de avisar cuando las niñas estén en peligro de sufrir la Mutilación Genital Femenina; apoyar a las niñas que huyen de la MGF y los matrimonies tempranos con una educación que podrá fortalecerlas a través del conocimiento, herramientas y actitudes, y las ayudará a luchar por sus derechos.
¿En qué grado son la tradición, la educación o la religión las culpables de que se siga dando está práctica?
La tradición mantiene la Mutilación Genital Femenina como una práctica cultural habitual, pero cuando la educación se combina con la religión puede ser utilizada como un instrumento poderoso que puede ayudar en la lucha contra esta práctica.
¿Cuáles son las consecuencias de la mutilación genital para las mujeres?
Son innumerables. Entre las consecuencias inmediatas destacan el trauma, dolor, sangrado excesivo que puede llevar a la muerte, heridas infectadas, retención de orina, daños en la uretra y el ano que pueden derivar en fístula obstétrica e infecciones.
Entre las consecuencias a largo plazo están las infecciones constantes en el tracto urinario, formación de una cicatriz permanente, formación de Keloide, obstrucción del flujo menstrual, dolor menstrual, relaciones sexuales dolorosas, infertilidad y los partos prolongados que pueden derivar en la muerte tanto de la madre como del bebé.
También hay complicaciones psicológicas como la depresión y la ansiedad, y complicaciones sexuales como frigidez y dolor durante el acto sexual. Además, cuando el clítoris y otras partes de los genitales no existen, la capacidad de la mujer para la estimulación sexual y el placer se ven gravemente afectados.
¿Y de los matrimonios tempranos?
Algunas de las consecuencias son las muertes y los abortos espontáneos debido a la inmadurez del cuerpo de las niñas para quedarse embarazadas; al ser forzadas, se producen muchas violaciones; y a las niñas se les niega la oportunidad de ir al colegio por lo que se convierte en una herramienta de opresión a la mujer.
¿Qué países son los más comprometidos en esta batalla?
Globalmente, la mayoría de los países que ratificaron la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño (UNCRC), y la han incluido en su legislación, deberían hacer algo para luchar contra la Mutilación Genital Femenina.
Kenya es un país que ha aceptado la Convención adoptando el acta número 8 de 2001, que entró en vigor en enero de 2002.
¿Es usted optimista con este tema?, ¿ve el final de la Mutilación Genital Femenina?
Confío en que un día tendremos un mundo libre de la Mutilación Genital Femenina, pero esto solo se podrá hacer realidad después de poner en práctica métodos, esfuerzos, estrategias, actitudes y políticas que se consoliden en contra de la MGF.
¿Nos puede explicar brevemente el trabajo de Tasaru Ntonomok? ¿Y los retos de futuro del centro?
Tasaru es una organización comunitaria que aporta conocimiento entre los miembros de la comunidad masai sobre los efectos y peligros de la MGF. También tiene un hogar que se convierte en un refugio temporal para las niñas que huyen de sus padres debido a la MGF y los matrimonios tempranos forzosos.
Así mismo, desde nuestra organización proponemos ritos alternativos para las niñas que dicen no a la Mutilación Genital Femenina: se trata de un programa donde las niñas pasan por un entrenamiento sobre sus derechos en la reproducción, y otros aspectos de la sexualidad que son positivos para prepararlas para la edad adulta.
La comunidad está poniendo en marcha métodos silenciosos y clandestinos para la práctica de la mutilación genital femenina. Los líderes políticos están conservando la cultura como una herramienta para su supervivencia política. Que cambien su actitud se convierte también en un desafío para nosotros.
En profundidad: Reportaje de Corresponsal de Paz sobre la Mutilación Genital Femenina
El 6 de febrero se celebró el día por la abolición de esta práctica y Agnes Pareyio visita Madrid, invitada por Mundo Cooperante, para relatarnos su trabajo contra la MGF y los matrimonios tempranos a los que se ven sometidas las niñas y jóvenes de su comunidad masai, al suroeste de Kenia.
Su trabajo ya le valió para que, en el año 2005, las Naciones Unidas la proclamaran mujer del año y hoy sigue luchando, a través de su proyecto de intervención, Tasaru Ntomonok (Rescate de la mujer).

¿Cuál es el mensaje que ha venido a lanzar en Madrid?
El mensaje que me gustaría transmitir durante mi estancia en Madrid es que las mujeres en África han recorrido un largo camino en la lucha por sus derechos. En este sentido, me gustaría mencionar que la cultura africana todavía sitúa a la mujer en último lugar, y la hacen sentir como algo inferior en la sociedad.
A las mujeres en África no se les permite tomar decisiones sobre su propia sexualidad; sobre derechos de propiedad, o sobre decisiones directamente relacionadas con las oportunidades económicas. Tengo la esperanza de que todos los que nos apoyan y las personas de buena fe se den cuenta de la necesidad de unir esfuerzos para dar el suficiente poder a las mujeres africanas en la lucha por sus derechos.
¿Cuál fue el detonante que le hizo dedicarse a luchar por los derechos de la mujer?
Comencé mi lucha por los derechos de las mujeres después de que yo personalmente sufriera una situación muy dolorosa que me intimidó como persona, me redujo a nada, y posteriormente me hizo estar sometida al sufrimiento de prácticas culturales retrógradas en contra de mis deseos. Deseaba que llegara el día en que pudiera levantarme y gritar NO a esas prácticas culturales que podían someter a jóvenes y niñas al mismo dolor por el que yo había pasado.
¿Qué podemos y debemos hacer para poner fin a la práctica concreta de la mutilación genital femenina?
Entre las comunidades que la practican, la Mutilación Genital Femenina permanece como una actividad cultural tan profundamente arraigada que la gente piensa que mantiene la dignidad de esa comunidad.
Teniendo esto en cuenta, las estrategias puestas en marcha tienen que ir encaminadas a luchar contra este error. Si lo vemos desde una perspectiva cultural, para luchar contra la Mutilación Genital Femenina es necesaria una estrategia común que evite confrontaciones.
Ello incluye, entre otros aspectos, dar a conocer a la comunidad los peligros y efectos de la Mutilación Genital Femenina; trabajar codo con codo con los líderes de todos los sectores dentro de cada comunidad, después de formarles acerca de los efectos y peligros de esta práctica; contratar a personas de confianza que se encarguen de avisar cuando las niñas estén en peligro de sufrir la Mutilación Genital Femenina; apoyar a las niñas que huyen de la MGF y los matrimonies tempranos con una educación que podrá fortalecerlas a través del conocimiento, herramientas y actitudes, y las ayudará a luchar por sus derechos.
¿En qué grado son la tradición, la educación o la religión las culpables de que se siga dando está práctica?
La tradición mantiene la Mutilación Genital Femenina como una práctica cultural habitual, pero cuando la educación se combina con la religión puede ser utilizada como un instrumento poderoso que puede ayudar en la lucha contra esta práctica.
¿Cuáles son las consecuencias de la mutilación genital para las mujeres?
Son innumerables. Entre las consecuencias inmediatas destacan el trauma, dolor, sangrado excesivo que puede llevar a la muerte, heridas infectadas, retención de orina, daños en la uretra y el ano que pueden derivar en fístula obstétrica e infecciones.
Entre las consecuencias a largo plazo están las infecciones constantes en el tracto urinario, formación de una cicatriz permanente, formación de Keloide, obstrucción del flujo menstrual, dolor menstrual, relaciones sexuales dolorosas, infertilidad y los partos prolongados que pueden derivar en la muerte tanto de la madre como del bebé.
También hay complicaciones psicológicas como la depresión y la ansiedad, y complicaciones sexuales como frigidez y dolor durante el acto sexual. Además, cuando el clítoris y otras partes de los genitales no existen, la capacidad de la mujer para la estimulación sexual y el placer se ven gravemente afectados.
¿Y de los matrimonios tempranos?
Algunas de las consecuencias son las muertes y los abortos espontáneos debido a la inmadurez del cuerpo de las niñas para quedarse embarazadas; al ser forzadas, se producen muchas violaciones; y a las niñas se les niega la oportunidad de ir al colegio por lo que se convierte en una herramienta de opresión a la mujer.
¿Qué países son los más comprometidos en esta batalla?
Globalmente, la mayoría de los países que ratificaron la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño (UNCRC), y la han incluido en su legislación, deberían hacer algo para luchar contra la Mutilación Genital Femenina.
Kenya es un país que ha aceptado la Convención adoptando el acta número 8 de 2001, que entró en vigor en enero de 2002.
¿Es usted optimista con este tema?, ¿ve el final de la Mutilación Genital Femenina?
Confío en que un día tendremos un mundo libre de la Mutilación Genital Femenina, pero esto solo se podrá hacer realidad después de poner en práctica métodos, esfuerzos, estrategias, actitudes y políticas que se consoliden en contra de la MGF.
¿Nos puede explicar brevemente el trabajo de Tasaru Ntonomok? ¿Y los retos de futuro del centro?
Tasaru es una organización comunitaria que aporta conocimiento entre los miembros de la comunidad masai sobre los efectos y peligros de la MGF. También tiene un hogar que se convierte en un refugio temporal para las niñas que huyen de sus padres debido a la MGF y los matrimonios tempranos forzosos.
Así mismo, desde nuestra organización proponemos ritos alternativos para las niñas que dicen no a la Mutilación Genital Femenina: se trata de un programa donde las niñas pasan por un entrenamiento sobre sus derechos en la reproducción, y otros aspectos de la sexualidad que son positivos para prepararlas para la edad adulta.
La comunidad está poniendo en marcha métodos silenciosos y clandestinos para la práctica de la mutilación genital femenina. Los líderes políticos están conservando la cultura como una herramienta para su supervivencia política. Que cambien su actitud se convierte también en un desafío para nosotros.
En profundidad: Reportaje de Corresponsal de Paz sobre la Mutilación Genital Femenina