Una coalición de organizaciones montenegrinas acaba de lanzar una campaña de sensibilización dirigida fundamentalmente a padres de familia y figuras paternas, con el objetivo de resaltar la importancia de su ejemplo como modelos de conducta a seguir por los jóvenes. Esta iniciativa, que ha contado con el respaldo de ACNUR, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), la Fundación para una Sociedad Abierta, otras agencias de la ONU, y destacados entre
nadores deportivos locales, como Petar Porobic e Igor Kolakovic, se enmarca dentro de los 16 Días de Activismo para Eliminar la Violencia Contra las Mujeres, una campaña internacional promovida desde 1991 por el Center for Women’s Global Leadership.
En una sociedad profundamente patriarcal como la montenegrina, la campaña hace un llamamiento a los padres y figuras masculinas claves en la educación de los más jóvenes –como pueden ser profesores, tutores, tíos, hermanos mayores o entrenadores deportivos- para que adquieran consciencia de la influencia de su modelo de conducta y sepan transmitir, a través también de su comportamiento, el rechazo a cualquier forma de violencia contra la mujer.
En este sentido, se han distribuido cerca de 10.000 pósters en escuelas, centros de salud y centros sociales de todo el país. Asimismo, han expresado su apoyo a esta iniciativa distintos clubes deportivos, cuyos jugadores visten con la camiseta de la campaña antes de los partidos. Estos mensajes de respeto están siendo difundidos también a través de los marcadores electrónicos en las gradas y anuncios de radio y televisión.
Una de las claves de la campaña es la participación de figuras públicas del mundo del deporte. Igor Kolakovic, uno de los entrenadores de voleyball más respetados del país, se opone frontalmente a la violencia contra las mujeres. “Si hay una forma de violencia que merezca una condena particular, y que deba ser afrontada a través de una acción concertada, ésa es la violencia de género”. Kolakovic insta a los hombres de Montenegro a enseñarles a sus hijos que “ser un hombre de verdad significa respetar y apreciar a las mujeres, la fuerza no se demuestra con la amenaza”. El entrenador, padre de dos hijos, anima a los montenegrinos a convertirse en un modelo a seguir, “ellos [los hijos] te escucharán, tenemos en nuestras manos el poder del cambio”.
Serge Ducasse, representante del ACNUR en el país, destaca el carácter pionero de esta campaña. “Nunca antes en Montenegro, una campaña se había dirigido tan directamente sobre el colectivo masculino desafiando su arraigada creencia en la superioridad de los hombres sobre las mujeres y su derecho a ser ellos quienes controlen sus vidas”. Para Ducasse, “los padres [y las figuras paternas] tienen que alzar la voz y enseñar a sus hijos que la violencia no es una forma de expresión de la fuerza sino de la cobardía”.
Las estadísticas ponen de manifiesto la importancia de medidas como ésta. Según un informe de la Comisión Europea, una de cada dos mujeres en Montenegro ha sido víctima de violencia verbal, mientras que una de cada tres ha sufrido abusos físicos. Para Sara Fewer, de la Fundación para la Prevención de la Violencia Familiar, “hacer que los padres maltratadores entiendan el trauma que supone para sus hijos la violencia familiar, puede ser un fuerte factor de motivación para que algunos de estos hombres cambien su comportamiento. Para muchos es más fácil desarrollar empatía sobre sus hijos que sobre sus parejas”. Por todo ello, apunta Fewer, “dar a esos padres más oportunidades para el cambio y la curación es un componente esencial en la lucha para acabar con la violencia contra las mujeres y los niños”.
nadores deportivos locales, como Petar Porobic e Igor Kolakovic, se enmarca dentro de los 16 Días de Activismo para Eliminar la Violencia Contra las Mujeres, una campaña internacional promovida desde 1991 por el Center for Women’s Global Leadership.En una sociedad profundamente patriarcal como la montenegrina, la campaña hace un llamamiento a los padres y figuras masculinas claves en la educación de los más jóvenes –como pueden ser profesores, tutores, tíos, hermanos mayores o entrenadores deportivos- para que adquieran consciencia de la influencia de su modelo de conducta y sepan transmitir, a través también de su comportamiento, el rechazo a cualquier forma de violencia contra la mujer.
En este sentido, se han distribuido cerca de 10.000 pósters en escuelas, centros de salud y centros sociales de todo el país. Asimismo, han expresado su apoyo a esta iniciativa distintos clubes deportivos, cuyos jugadores visten con la camiseta de la campaña antes de los partidos. Estos mensajes de respeto están siendo difundidos también a través de los marcadores electrónicos en las gradas y anuncios de radio y televisión.
Una de las claves de la campaña es la participación de figuras públicas del mundo del deporte. Igor Kolakovic, uno de los entrenadores de voleyball más respetados del país, se opone frontalmente a la violencia contra las mujeres. “Si hay una forma de violencia que merezca una condena particular, y que deba ser afrontada a través de una acción concertada, ésa es la violencia de género”. Kolakovic insta a los hombres de Montenegro a enseñarles a sus hijos que “ser un hombre de verdad significa respetar y apreciar a las mujeres, la fuerza no se demuestra con la amenaza”. El entrenador, padre de dos hijos, anima a los montenegrinos a convertirse en un modelo a seguir, “ellos [los hijos] te escucharán, tenemos en nuestras manos el poder del cambio”.
Serge Ducasse, representante del ACNUR en el país, destaca el carácter pionero de esta campaña. “Nunca antes en Montenegro, una campaña se había dirigido tan directamente sobre el colectivo masculino desafiando su arraigada creencia en la superioridad de los hombres sobre las mujeres y su derecho a ser ellos quienes controlen sus vidas”. Para Ducasse, “los padres [y las figuras paternas] tienen que alzar la voz y enseñar a sus hijos que la violencia no es una forma de expresión de la fuerza sino de la cobardía”.
Las estadísticas ponen de manifiesto la importancia de medidas como ésta. Según un informe de la Comisión Europea, una de cada dos mujeres en Montenegro ha sido víctima de violencia verbal, mientras que una de cada tres ha sufrido abusos físicos. Para Sara Fewer, de la Fundación para la Prevención de la Violencia Familiar, “hacer que los padres maltratadores entiendan el trauma que supone para sus hijos la violencia familiar, puede ser un fuerte factor de motivación para que algunos de estos hombres cambien su comportamiento. Para muchos es más fácil desarrollar empatía sobre sus hijos que sobre sus parejas”. Por todo ello, apunta Fewer, “dar a esos padres más oportunidades para el cambio y la curación es un componente esencial en la lucha para acabar con la violencia contra las mujeres y los niños”.
