
“Este hecho sugiere que Israel no respetó su obligación de distinguir entre objetivos civiles y militares”, sostuvo Falk al presentar un informe ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, una circunstancia que atenta contra la legalidad internacional.
El experto sostuvo que durante 22 días murieron 1. 434 palestinos, de los cuales 960 eran civiles. Irreal registró, por su parte, 13 muertos. Ese promedio, dijo el experto, muestra la desigualdad del encuentro militar y ofrece razones para cuestionar la legalidad de un asalto militar contra una sociedad esencialmente indefensa.
“El confinamiento obligatorio de la población civil de Gaza a la zona de combate durante la operación le negó la opción de buscar refugio. Esta política debe ser considerado como una nueva forma de crimen de lesa humanidad, debe ser reconocida como tal formalmente y prohibida explícitamente”, dijo Falk.
Según el relator a todas las personas que portaban pasaportes de extranjeros en Gaza, les fue permitido abandonar el territorio, mientras que a los palestinos –incluyendo a los enfermos, discapacitados, huérfanos, ancianos y heridos– se les negó esa posibilidad.
Falk aseguró que ese comportamiento dio lugar a acusaciones de revanchismo anti-palestino, que han sido reforzadas por testimonios oculares de frases racistas escritas por las tropas israelíes en las viviendas en Gaza.
Además, el relator subrayó que mientras se continúen negando las garantías básicas a los palestinos y su derecho a resistir la ocupación dentro de los límites de la ley internacional, continuarán los choques con los intentos israelíes de asegurar su seguridad bajo las condiciones de una prolongada ocupación.