Acción por la Salud Global solicita el 0.1% del PIB de los países donantes en ayuda para salud para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Cada año más de 100 millones de personas ingresan en la pobreza por tener que pagar por servicios médicos. La falta de personal médico y el pago por el servicio, son graves obstáculos para universalizar el derecho a la salud.

A pesar de que la salud es un derecho, reconocido como tal por todos los estados, 1,000 millones de personas no tienen acceso a servicios médicos.
Coincidiendo con la celebración del Día Mundial de la Salud, el informe ‘Revisando la Realidad a 2010, El Tiempo corre para cumplir los ODM de Salud’, de la red europea de ONG Acción por la Salud Global, llama la atención precisamente sobre estos dos aspectos que impiden el avance hacia la universalización del derecho a la salud: el pago por servicios sanitarios y el déficit global de personal sanitario.
La red de ONG reclama a los líderes europeos que destinen el 0.1% de su PIB a salud para alcanzar las metas marcadas por los Objetivos de Desarrollo del Milenio y contribuir a erradicar la pobreza debido a la importancia que juega la salud en el desarrollo de las sociedades.
El informe de Acción por la Salud Gobal pone especial énfasis en el impacto que tiene el pago por servicios médicos en las poblaciones de los países en vías de desarrollo. Así, muestra la situación del distrito de Bo en Sierra Leona, el país del mundo con peores indicadores de mortalidad materno- infantil.
“Mi hermana embarazada falleció en el Hospital de Bo porque no podía costearse la cirugía. Nuestros niños mueren porque no tenemos dinero para pagar las facturas del hospital”, afirman los habitantes de la comunidad de Gbundorbu. En Sierra Leona, una consulta médica preliminar tiene un coste equivalente a 25 días de salario.
Y el caso de Sierra Leona no es exclusivo, cada año y según la Organización Mundial de la Salud, 100 millones de personas entran en la pobreza por tener que pagar por servicios médicos.
El desarrollo y fortalecimiento de sistemas de protección social evitaría esta situación e invertiría el ciclo de pobreza provocado por los problemas de salud y el coste de los tratamientos. De hecho, varios de los países más pobres, incluido Sierra Leona, ya han iniciado planes de acción para lograr que, al menos las mujeres embarazadas y los niños no tengan que pagar por cuidados médicos.
Éxodo del personal sanitario
“Teníamos una excelente matrona en nuestro hospital, pero recibió una oferta de Escocia que no pudo rechazar y se fue”, cuenta frustrado el doctor Tarek Seguid, desde el Hospital central de Kamuzu en Malawi.
No se trata de un hecho aislado sino de una situación que se repite con demasiada frecuencia en un país como Malawi en el que las apenas 8,000 personas que conforman el personal de enfermería tienen que atender a sus 15 millones de habitantes.
“No puedes arrojar la toalla y decir ‘¡Ah! estos trabajadores sólo corren tras el dinero’. No es así, es esencialmente una forma muy perversa de explotar su pobreza. Y eso tiene que parar”, continúa el doctor Seguid. En África subsahariana apenas hay dos médicos por cada 10,000 habitantes
En el continente africano, la escasez de personal médico se traduce en un riesgo de morir durante el embarazo y el parto de 1 por cada 22 casos, frente a un fallecimiento por cada 120 en Asia y una muerte por cada 7,300 embarazos en los países desarrollados.
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En un día como hoy, Día Mundial de la Salud, fallecerán por causas evitables miles de niños menores de 5 años.
La salud es un derecho, no debería ser un lujo
La OMS ha estimado que los países donantes deben destinar el 0.1% de su PIB a los sistemas de salud de los países empobrecidos para garantizar, entre otras cosas, el cumplimiento de los Objetivos del Milenio (ODM), porque precisamente los Objetivos de salud son los más retrasados de todos.
Hasta ahora ningún estado ha reconocido o dedicado esta cantidad a mejorar la salud en países empobrecidos.
A tan sólo cinco años de la fecha fijada por la Comunidad Internacional para alcanzar estas metas, la Conferencia de Nueva York de septiembre próximo parece la última oportunidad para llegar a compromisos claros en apoyo de los sistemas gratuitos de salud y reducir el déficit de personal sanitario en los países en desarrollo.