Hasta hace relativamente poco, la oferta de ocio para personas con discapacidad era bastante limitada y, por lo que respecta al cine, casi nula.
Sin embargo, iniciativas como la de ‘Cine Accesible’, una apuesta decidida por acercar la gran pantalla a ciegos y sordos abren surco para que otras entidades sigan su estela.
Esta pequeña empresa de Pamplona, aprovechando la celebración, en 2003, del Año Europeo de las Personas con Discapacidad, hizo suya la propuesta de una asociación al Festival de Cine de Pamplona de hacer algo para integrar en el cine a las personas con discapacidad.
Los comienzos, aunque entusiastas, fueron “muy de aquella manera”, sin orden ni orquesta: sobre la pantalla, los subtítulos hechos en Power Point, y la voz de un narrador que iba retransmitiendo en directo lo que iba viendo.
Luego, las cosas se perfeccionaron. El primer paso, tal y como recoge el Diario de Navarra, fue escribir un guión paralelo de cada película, con los subtítulos y la audio-descripción.

Para esto último se utilizan los tiempos muertos, lo que ellos llaman "bocadillos de sonido", es decir, los silencios intercalados en los diálogos, apenas unos segundos, para introducir las indicaciones destinadas a las personas con discapacidad.
Hay cintas relativamente sencillas, como ‘Yo, también’, en la que intervienen dos personajes, pero también superproducciones como ‘Ágora’, ante las cuales la accesibilidad requiere un esfuerzo mayor.
Para esta cinta fueron necesarias tres semanas en escribir las 50 páginas de su guión paralelo.
Con una de Woody Allen le salen unas 20 páginas. Para el subtitulado, por su parte, se emplea el ya asentado código de colores. El público sabe que a cada personaje se le asigna un color determinado.
Es imposible adaptar todas las películas, pero se hace lo que se puede. Y no es poco. Eso sí, los títulos fundamentales, sí están a disposición de los cinéfilos con discapacidad.
En el catálogo de este año tienen siete películas que luego han sido nominadas para los Goya: ‘Celda 211’, ‘Los abrazos rotos’, ‘Ágora’, ‘Planet 51’, ‘Pérez, el ratoncito de tus sueños’, ‘Pagafantas’ y ‘Yo, también’.
En 2007 se les unió la Fundación Orange y nació el proyecto ‘Cine Accesible’. Y hoy, Navarra exporta cine accesible.
Además de una proyección mensual en Pamplona, la empresa se ha unido a una serie de socios locales que patrocinan las exhibiciones en sus ciudades. Las ha habido en más de veinte, desde Sevilla a Ponferrada, pasando por Las Palmas, Madrid, Bilbao, Zaragoza, Mérida o Barcelona.
Al día de hoy, más de 10,000 personas con discapacidad han visto alguna de las películas adaptadas en Mutilva. Todo un ejemplo de tesón y solidaridad.
Para saber más del proyecto, visita la web de la Fundación Orange