
En el día de hoy, un grupo escogido de jóvenes presentará personalmente las recomendaciones acordadas a los líderes mundiales participantes en la Cumbre del Grupo de los 8, que también se lleva a cabo en Italia.
Escuchar a la juventud
La cumbre juvenil se inauguró el pasado domingo con una conferencia de prensa presidida por el italiano Lorenzo Casullo, que había participado en una Cumbre Júnior 8 anterior. También estaban presentes en la reunión de prensa varios altos funcionarios del Gobierno de Italia y de UNICEF, además de cuatro jóvenes italianos.
El discurso de clausura de la conferencia estuvo a cargo de otra ex participante del J-8, la brasileña Fernanda Winter, que afirmó: "Esperamos que los dirigentes políticos y los líderes mundiales asuman el compromiso de escucharnos y de garantizar la continuidad de los importantes espacios de participación, como el J-8".
La Cumbre Júnior 8 se desarrolla de manera paralela a la reunión del Grupo de los 8. En la Cumbre Júnior 8 de este año participan 54 delegados en representación de los países del G8 -Italia, Canadá, Francia, Alemania, Japón, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos- y de varias naciones que no pertenecen a ese grupo, como Brasil, China, Egipto, la India, México y Sudáfrica.
Consejo a los líderes mundiales
Los dirigentes juveniles comenzaron sus actividades el fin de semana pasado, cuando montaron guardia frente a una gigantesca oreja de papel maché que habían instalado frente al Coliseo romano para alentar a los líderes del Grupo de los 8 a que presten atención a las voces de los jóvenes. Ante la mirada atenta de romanos y turistas, los jóvenes fueron anotando una serie de consejos que quieren darles a los dirigentes mundiales con quienes se reunirán en breve. Los jóvenes formaron fila y fueron depositando uno a uno las notas que habían escrito en la oreja gigante.
Esa noche, los jóvenes asistieron a una cena preparada por Gualtiero Marchesi, uno de los chefs más célebres de Italia. Marchesi les tenía preparada una sorpresa, porque en vez de ofrecerles una típica comida italiana de pasta y carne, les sirvió nueve platos distintos, cada uno representativo de una parte diferente del planeta.
Al día siguiente, los jóvenes comenzaron a trabajar intensamente y pronto estaban inmersos en apasionados debates sobre lo que se debe hacer para mejorar las condiciones de vida en todo el mundo.
"Somos iguales"
"Al afirmar nuestros derechos, como integrantes de la comunidad Júnior 8 de diversas nacionalidades, debemos comprender que todos tenemos los mismos derechos y que somos iguales", comentó Richmond Mahlubandile Sajini, de Sudáfrica.
Los participantes en la Cumbre Júnior 8 dedicarán la mayor parte del tiempo previo a su reunión con los dirigentes mundiales para preparar recomendaciones referidas al cambio climático, el desarrollo de África, la crisis económica mundial y la educación de buena calidad.
Dado que millones de niños y niñas menores de cinco años mueren anualmente por causas generalmente prevenibles, sus recomendaciones podrían tener profundas consecuencias. A medida que van avanzando hacia un acuerdo sobre sus recomendaciones, los jóvenes delegados se proponen metas ambiciosas.
"Si la humanidad pudo enviar un hombre a la luna, debería ser capaz de resolver los problemas humanitarios que afrontamos", comentó Daniel Morales, un delegado estadounidense de 15 años de edad.