
El pasado 2 de junio, Terry Lee Hankins de 34 años de edad fue ejecutado mediante inyección letal poco después de las 6 de la tarde, hora de Texas. Le habían condenado a muerte en 2002 por el asesinato de dos hijos de su esposa en 2001. Lee Hankins se convirtió en el ejecutado número 200 del mandato del actual gobernador, aunque está previsto que otros cinco hombres sean ejecutados en dicho estado de aquí hasta mediados de septiembre.
La ejecución de Terry Hankins es la número 16 en Texas desde que comenzó el año 2009, de un total de 30 en todo el país, y se trata de la número 1.166 que se lleva a cabo en Estados Unidos desde que se reanudaron las ejecuciones en el país en 1977.
Amnistía Internacional ha denunciado en numerosas ocasiones que en Texas, antes de que en marzo de 2005 el Tribunal Supremo anulara la ejecución de menores, se había aplicado esta condena contra personas que eran menores de edad cuando cometieron los delitos que se les imputaban y contra personas que padecían graves enfermedades mentales. Amnistía Internacional reconoce el derecho y el deber de los Gobiernos de llevar ante la justicia a los presuntos delincuentes. Pero la organización rechaza de forma tajante la pena de muerte, ya que viola el derecho a la vida y es la forma más extrema de pena cruel, inhumana y degradante.
Tú puedes poner freno a la matanza
Amnistía Internacional ha lanzado una campaña a través de la web www.actuaconamnistia.org en la que pide a la ciudadanía que presione para poner freno a esta matanza legal. El objetivo de la ciberacción es que el gobernador Richard Perry se pronuncie por el fin de esta pena cruel e innecesaria, que colabore con la asamblea legislativa del Estado de Texas para abolir la pena de muerte, y que mientras tanto, tanto el gobernador como la junta de libertad condicional hagan cuanto esté en sus manos para impedir nuevas ejecuciones en este Estado.
Información complementaria
Richard Perry tomó posesión de su cargo como gobernador de Texas el 21 de diciembre de 2000, tras la elección del anterior gobernador, George W. Bush, como presidente de Estados Unidos. Durante los casi seis años en que George W. Bush ejerció el cargo de gobernador (1995-2000) 152 personas fueron ejecutadas en Texas.
En Texas vive aproximadamente el siete por ciento de la población de Estados Unidos y en ese estado se cometen menos del 10 por ciento de los asesinatos del país. La cifra total de más de 350 ejecuciones en Texas durante los mandatos de estos dos gobernadores representa el 37 por ciento de las ejecuciones de Estados Unidos desde 1977, y el 41 por ciento desde 2001.