
En el Informe sobre seguimiento mundial 2009: Una emergencia de desarrollo, se advierte de que, si bien el primer objetivo de reducir la pobreza extrema a la mitad para 2015 respecto de los niveles registrados en 1990 todavía es asequible a juzgar por las proyecciones actuales, los riesgos abundan.
A decir verdad, las nuevas estimaciones indican que en 2009 el número de personas extremadamente pobres podría aumentar en más de la mitad de los países en desarrollo. Es probable que esta proporción sea aún mayor en los países de ingreso bajo y los países de África al sur del Sahara (dos terceras partes y tres cuartas partes, respectivamente).
Se calcula que entre 55 millones y 90 millones de personas más caerán en la pobreza extrema en 2009 debido a la recesión mundial. Se prevé que el número de personas que padecen hambre crónica superará los 1.000 millones este año, lo que echará por tierra los progresos obtenidos en la lucha contra la malnutrición e imprimirá especial urgencia a la necesidad de invertir en agricultura.
"Con la recesión que sufren simultáneamente las regiones más importantes, la probabilidad de que la recuperación sea dolorosamente lenta en muchos países es muy real, de modo que el combate contra la pobreza se torna más difícil y apremiante", dijo John Lipsky, subdirector gerente del FMI.
La crisis afectará a todos los países en desarrollo en los próximos dos años, mediante la contracción de los volúmenes de exportación, la disminución de los precios, la desaceleración de la demanda interna, el descenso de las remesas y la inversión extranjera, el menor acceso al financiamiento y el retroceso de los ingresos. Según nuevas proyecciones del FMI, el crecimiento del mundo en desarrollo se reducirá de un promedio del 8,1% en 2006-07, hasta el 1,6% en 2009. Mientras tanto, para este año se proyecta una disminución del producto mundial del 1,3%.
"En todo el mundo se observa una enorme pérdida de riqueza y estabilidad financiera", señaló Justin Yifu Lin, economista principal del Banco Mundial. "Millones de personas más perderán sus puestos de trabajo en 2009 y, para lograr una recuperación sostenible, es preciso suministrar urgentemente financiamiento para redes de protección social, infraestructura y pequeñas empresas de los países pobres".
En el Informe sobre seguimiento mundial se advierte que, si bien la crisis exige prestar especial atención a los programas de protección social y los servicios que ponen a las personas pobres y vulnerables a salvo de las privaciones inmediatas, también es de vital importancia acelerar los progresos hacia los objetivos de desarrollo humano, particularmente los vinculados a la salud, donde las perspectivas son de la mayor gravedad.
"La crisis hace necesario reafirmar el compromiso de todos frente a la promesa de los ODM y hace más urgente reforzar los programas esenciales de salud y educación, como la lucha contra enfermedades importantes (por ejemplo, el VIH/SIDA y el paludismo), el mejoramiento de los sistemas de salud y la Iniciativa Vía Rápida de Educación para Todos", dijo Zia Qureshi, autor principal del informe y asesor del Banco Mundial.
Intensificación de las medidas dirigidas a afrontar la emergencia de desarrollo: datos básicos
* Los flujos netos de capital privado con destino a los países en desarrollo se encuentran en marcada disminución y en 2009 podrían situarse más de US$700.000 millones por debajo del máximo registrado en 2007.
* Para cubrir el creciente déficit de financiamiento de los países en desarrollo, el 2 de abril de 2009 los líderes del G-20 convinieron en que se triplicaran los recursos a disposición del FMI, que llegaron así a US$750.000 millones. Apoyaron asimismo una asignación general de derechos especiales de giro (DEG) equivalente a US$250.000 millones, de los cuales US$100.000 millones irán directamente a países en desarrollo (US$19.000 millones a países de ingreso bajo). El FMI duplicará su capacidad de conceder préstamos en condiciones concesionarias a los países pobres.
* El G-20 respaldó un aumento de US$100.000 millones del financiamiento que conceden los bancos multilaterales de desarrollo, para llegar a un total de US$300.000 millones en los próximos tres años. Contribuirá al Marco para hacer frente a la vulnerabilidad elaborado por el Banco Mundial, que financia proyectos de infraestructura, programas de redes de protección social y préstamos para pequeñas y medianas empresas.
* La asistencia oficial de los miembros del Comité de Asistencia para el Desarrollo de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) aumentó alrededor del 10% en términos reales en 2008, tras haber disminuido en 2006 y 2007. Si bien el incremento del año pasado era encomiable, en 2008 faltaron unos US$29.000 millones para cumplir la meta de US$130.000 millones al año para 2010 establecida en Gleneagles y, con respecto a la ayuda para África al sur del Sahara, faltaron unos US$20.000 millones para alcanzar la meta de US$50.000 millones al año para 2010.
* En 2005 el número de personas que vivían con menos de US$1,25 al día en el mundo en desarrollo ascendía a 1.375 millones, es decir, el 25% de la población. La meta de los ODM consiste en reducir la tasa de pobreza registrada en 1990 (41,7%) a la mitad (20,9%) para 2015. Dado que, según las proyecciones, la pobreza extrema se reducirá al 15% para 2015, al parecer se alcanzará la meta, pero la situación puede variar ya que la tasa de reducción de la pobreza se desacelera con la disminución del crecimiento. África al sur del Sahara no alcanzará el primero de los ODM.
* Para alcanzar los ODM vinculados a la salud y la educación es preciso mejorar las redes de protección social, aumentar el apoyo de los donantes, gastar con más eficiencia y promover mejor la participación del sector privado. En África al sur del Sahara y Asia meridional, la mitad de los servicios de salud materna, reproductiva e infantil relacionados con los ODM son suministrados por entidades privadas (incluidas organizaciones de la sociedad civil). En Asia meridional, las instituciones privadas imparten el 30% de la educación primaria y secundaria.
* Los países en desarrollo necesitan anualmente unos US$900.000 millones (entre el 7% y el9% de su PIB) para mantener la infraestructura e iniciar nuevos proyectos y, sin embargo, solo se gasta la mitad de ese monto. El déficit de financiamiento para nuevos proyectos de infraestructura se ha incrementado en alrededor de US$20.000 millones al año, a medida que se desvanecen las perspectivas de financiamiento del sector privado. Ante esa situación, el Banco Mundial está poniendo en marcha una nueva plataforma de activos y recuperación de infraestructura (Infrastructure Recovery and Assets, INFRA) que podría suministrar al menos US$15.000 millones anuales durante los próximos tres años, para ayudar a los países en desarrollo y sentar las bases para una rápida recuperación de la crisis económica mundial.
* A fin de estabilizar las concentraciones atmosféricas de gases que producen el efecto invernadero, las últimas estimaciones indican que las inversiones adicionales necesarias en los países en desarrollo para combatir el cambio climático oscilarán entre US$150.000 millones y US$200.000 millones anuales durante el período 2010-20 y aumentarán a US$400.000 millones al año, en promedio, a partir de 2020.
* Se necesita una firme determinación para cumplir la promesa de evitar el proteccionismo formulada por el G-20, ya que varios de sus miembros no respetaron el compromiso contraído en noviembre de 2008.
* La restricción del financiamiento para el comercio internacional se abordará mediante el acuerdo alcanzado en abril de 2009 por el G-20, cuyos miembros convinieron en asegurar que, en los próximos dos años, se dispusiera de por lo menos US$250.000 millones para financiamiento del comercio a través de sus organismos de inversión y de crédito a la exportación, y de los bancos multilaterales de desarrollo, incluidos hasta US$50.000 millones en los próximos tres años a través del Programa de liquidez para el comercio mundial establecido por la Corporación Financiera Internacional (IFC).