
La instancia penal auspiciada por la ONU inició ayer el primer juicio por crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos durante el periodo de 1975 a 1979, cuando el Jemer Rojo gobernó al país.
En su comparecencia ante el Tribunal, Duch se declaró responsable de la tortura y muerte de miles de personas en la antigua prisión de Phnom Penh que dirigió durante ese régimen y por la cual pasaron unos 14.000 camboyanos que fueron interrogados, torturados y ejecutados.
El acusado solicitó el perdón de los sobrevivientes de las víctimas y de ese lapso de historia camboyana y afirmó que sus crímenes no pueden ser tolerados, aunque aclaró que él se limitó a cumplir órdenes.
El juicio de Duch es responsabilidad de cinco jueces, tres nacionales y dos extranjeros, quienes decidieron admitir las intervenciones de las víctimas.