Las inundaciones provocadas por las torrenciales lluvias monzónicas que asolaron el noroeste de Pakistán la pasada semana han causado la muerte de más de 1,200 personas y ha dejado damnificadas a otros 2.5 millones, según las primeras estimaciones.
Además, más de 27,000 personas aguardan para ser evacuadas de las zonas inundadas, informó la Oficina de la ONU para la Coordinación de Ayuda Humanitaria (OCHA).
Las fuertes precipitaciones han arrasado aldeas enteras y numerosos cultivos han quedado sepultados bajo las aguas. Mientras tanto, la ayuda humanitaria se retrasa ante la imposibilidad de acceder a las zonas más afectadas.

"La distribución de los donativos está gravemente limitada por los daños en las infraestructuras", informó Muhamad Ateeb Sidiqui, director de operaciones de la Media Luna Roja paquistaní.
La ONU autorizó el desembolso de una ayuda de 10 millones de dólares (7.6 millones de euros) para paliar el estado de precariedad de los damnificados. El organismo internacional calcula que unas 150,000 familias requieren alimentos, agua potable, tiendas de campaña y atención médica urgente.
Por otra parte, se ha movilizado medio millón de euros para la distribución de alimentos en el noroeste de Pakistán y la misma cantidad de ayuda a las zonas fronterizas de Afganistán, que han resultado afectadas también por las inundaciones. Estas contribuciones se canalizarán a través del Programa Mundial de Alimentos (PMA), de Naciones Unidas.
Zonas completamente anegadas dificultan la ayuda
Las redes de comunicación en muchas zonas siguen estando interrumpidas y el acceso por carretera está limitado debido a que los puentes, las autopistas y las carreteras están bloqueados o han sido destruidos por las inundaciones.
"Hay necesidades cruciales de alimentos y agua potable", según afirmó Martin Mogwanja. Representante de UNICEF en Pakistán
"Una de las mayores preocupaciones es que se produzcan brotes de enfermedades entre los sobrevivientes".
“La devastación por las inundaciones es enorme, algunas áreas han sido completamente arrasadas. Lo que solían ser pequeñas corrientes de agua ahora son ríos enteros que destruyen rápidamente todo lo que encuentran a su paso”, dijo por su parte Josep Prior Tio, coordinador de terreno de MSF en el distrito de Swat.
“Mucha gente sigue atrapada. Algunos se han refugiado en la cima de las montañas, pero otros se encuentran en las zonas que han sido aisladas como consecuencia de las inundaciones”. Para superar esta barrera, MSF planea dirigirse en helicóptero a las áreas que la inundación de las carreteras ha hecho inaccesibles.
MSF ya está respaldando varias estructuras básicas de salud en Mandrakhel, Wadpaga y Gulbela, en el distrito de Peshawar. En el distrito de Nowshera, la organización presta apoyo directo al hospital Paddi, donde ya han sido atendidos unos 120 pacientes mediante clínicas móviles.