Considerado un problema de salud pública en varios países del mundo, la práctica del aborto sigue creciendo.
El pasado 28 de Octubre, día de Lucha por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe, organizaciones, redes y campañas llamaron la atención sobre un número cada vez más alarmante: se estima que cuatro millones de abortos inseguros se realizan todos los años en la región.

"Basta de violaciones de nuestros derechos" es el tema de la campaña de este año, llevada adelante por la coordinadora regional, que tiene su sede en Nicaragua, y el apoyo de la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe (RSMLAC), además de la Red Feminista de Salud, de la cual es parte Brasil.
Según Télia Negrão, secretaria ejecutiva de la Red Feminista de Salud, cerca del 10% al 15% de las muertes maternas son causadas por abortos inseguros. En Brasil, de alrededor de dos mil muertes maternas ocurridas por año, 200 son ocasionadas por abortos inseguros y clandestinos.
Para Télia, la criminalización del aborto termina evidenciando la desigualdad social existente en esos países. Esto porque, de acuerdo con ella, las mujeres ricas pagan clínicas seguras o viajan a países donde la práctica está legalizada.
Mientras tanto, mujeres con pocos recursos recurren a clínicas clandestinas, muchas veces sin condiciones mínimas de higiene. "El aborto es simple y seguro para quien tiene dinero", afirma.
A causa de esto, ella explica que movimientos feministas que defienden la descriminalización y la legalización del aborto luchan no solamente por el derecho de la mujer a tener autonomía con su propio cuerpo, sino también por una cuestión social y de salud. "La mujer tiene el derecho de decidir sobre su cuerpo", afirma.
Según ella, América Latina y el Caribe viven una situación "paradójica". Esto porque hay países en los que la práctica del aborto es legal, pero no accesible, como en Puerto Rico.
En otros, el aborto está legalizado, es accesible, pero sufre las críticas de los segmentos de la sociedad más conservadores, como en la Ciudad de México. "En Uruguay, la población apoya, pero el Presidente vetó una ley al respecto", se agrega.
Además, hay países en la región que prohíben la práctica completamente, como es el caso de Chile y El Salvador. En Brasil, la legislación es una de las más restrictivas del mundo, legalizando el aborto solamente para casos de riesgo de muerte de la madre y embarazo ocurrido como consecuencia de violencia sexual.
Para Télia, lo importante es no sólo descriminalizar, sino también legalizar y hacer accesible el aborto para todas las mujeres; la activista defiende también una política de salud educativa orientada hacia la sexualidad y la reproducción a fin de que las mujeres tengan más información y acceso a métodos de planeamiento familiar y de prevención de embarazos no deseados.