El presidente del Banco Mundial, Robert B. Zoellick, tiene un mensaje para el mundo en un momento en que jefes de Estado, directores ejecutivos, funcionarios y economistas se reúnen en Davos, Suiza, para asistir a la que quizá sea el encuentro más sombrío del Foro Económico Mundial en sus 39 años de historia.
"No dejemos de lado a los países en desarrollo".
Zoellick quiere que los países desarrollados destinen un 0,7% de sus paquetes de reactivación económica a un "Fondo contra la vulnerabilidad" dirigido a los países en desarrollo que sufren en la coyuntura actual de crisis económica mundial.
A través de dicho fondo se podrían enviar rápidamente recursos a los programas de protección social con los que ya cuentan el Banco Mundial, las Naciones Unidas y los bancos regionales de desarrollo y con los cuales se brinda a los pobres acceso a servicios de salud, educación y nutrición, se construyen obras de infraestructura como caminos, puentes y proyectos de tecnología con bajos niveles de emisión de carbono, y se brinda apoyo a las pequeñas y medianas empresas y a las instituciones de microfinanciamiento que otorgan préstamos a los pobres, señala Zoellick.
"La meta del 0,7% del paquete de reactivación de cada país desarrollado equivale a sólo una mínima fracción de los cientos de miles de millones empleados para rescatar bancos; sin embargo, podría representar una gran ayuda para los cientos de millones de personas que son víctimas de una crisis que no provocaron", sostiene Zoellick en un artículo de opinión publicado en el Financial Times el 25 de enero.
Los países en desarrollo sienten el impacto
Desde Estados Unidos hasta Japón, los países ricos están elaborando grandes paquetes de reactivación económica para combatir la catástrofe financiera. Pero los países menos desarrollados no tienen los recursos necesarios para hacer lo mismo.
África, que inicialmente no se vio afectada por las quiebras de bancos, enfrenta ahora una disminución de los flujos de capitales, merma de remesas, estancamiento de la ayuda extranjera y caída de los precios de los productos básicos y los ingresos provenientes de la exportación, dice en su blog Shanta Devarajan i, economista del Banco Mundial.
"El continente experimentará casi con seguridad una desaceleración en el crecimiento. Y si nos guiamos por lo ocurrido en otras ocasiones, esta desaceleración repercutirá en el desarrollo humano", señala Devarajan.
La caída "sin precedentes" en la producción mundial y la disminución del 5% en el PIB mundial durante el último trimestre de 2008 son indicios de que en 2009 se observará una clara reducción del PIB mundial, aun cuando se produzca un moderado rebote en la segunda mitad del año, según los investigadores del Banco Mundial que conforman el Grupo de análisis de las perspectivas de desarrollo.
El volumen del comercio mundial se está contrayendo abruptamente y se prevé que en 2009 caiga por primera vez en 27 años, sostienen los expertos.
Según las proyecciones, el crecimiento de las inversiones en el mundo en desarrollo se reducirá del 13% registrado en 2007 al 3,5% en 2009, debido a la restricción en las condiciones crediticias y la menor disposición a afrontar riesgos.
Aumento del desempleo
El índice mundial de desempleo podría llegar al 7,1% (lo que representa un aumento del 1,4% en relación con 2007) y alcanzar el 7,9% en las economías desarrolladas y la Unión Europea, se afirma en un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo. Esto se traduciría en la pérdida de 51 millones de puestos de trabajo, según la hipótesis más pesimista presentada en el informe.
Mientras que en muchos países desarrollados desaparecen empleos a una velocidad creciente —varias empresas importantes anunciaron 70.000 despidos tan solo el lunes—, los países en desarrollo también están sufriendo.
En la República Democrática del Congo se han perdido aproximadamente 300.000 puestos de trabajo en el sector minero. En Brasil se produjeron 654.000 despidos en diciembre. China, que está elaborando su propio paquete de reactivación por valor de US$586.000 millones, podría perder millones de empleos durante el nuevo año i.
En qué puede ayudar el Fondo contra la vulnerabilidad
El Fondo contra la vulnerabilidad podría ayudar a los países en desarrollo que no pueden solventar planes de rescate ni déficits financiando inversiones en tres sectores clave:
• Proyectos de infraestructura, que contribuirían a dar trabajo a los habitantes de los países en desarrollo a la vez que construyen las bases para el futuro crecimiento y la productividad;
• Programas de protección social, como las transferencias de efectivo condicionadas, que permiten a las familias mantener a sus hijos en la escuela, obtener una adecuada nutrición y procurar asistencia médica;
• Financiamiento para pequeñas y medianas empresas e instituciones microfinancieras, que ayude al sector privado a crear puestos de trabajo; ésta es según Zoellick, "la mejor red de protección social".
El Grupo del Banco Mundial ya cuenta con programas para otorgar financiamiento expeditivo a proyectos de infraestructura i y recapitalización de bancos i (entre otras medidas de respuesta a la crisis), que están dando rápidos resultados. (Véase el recuadro). Su Programa para hacer frente a la crisis mundial de los alimentos, elaborado en respuesta al fuerte incremento de los precios de los alimentos y la creciente malnutrición que se registraron el año pasado, incluye un mecanismo de financiamiento de vía rápida destinado a redes de protección social.
El Fondo contra la vulnerabilidad se valdría de los mecanismos ya existentes para hacer llegar los fondos con rapidez y flexibilidad, con el respaldo de controles y salvaguardias que garanticen el uso adecuado del dinero, señala Zoellick.
"El apoyo a un Fondo contra la vulnerabilidad puede ayudar a limitar la gravedad y el alcance de la crisis internacional, evitar que se propague el malestar social y ayudar a salvar a una generación de caer en una nueva trampa de la pobreza", sostuvo Zoellick en el artículo de opinión en el que describe la propuesta, publicado el 22 de enero en el New York Times.
"No dejemos de lado a los países en desarrollo".
Zoellick quiere que los países desarrollados destinen un 0,7% de sus paquetes de reactivación económica a un "Fondo contra la vulnerabilidad" dirigido a los países en desarrollo que sufren en la coyuntura actual de crisis económica mundial.

A través de dicho fondo se podrían enviar rápidamente recursos a los programas de protección social con los que ya cuentan el Banco Mundial, las Naciones Unidas y los bancos regionales de desarrollo y con los cuales se brinda a los pobres acceso a servicios de salud, educación y nutrición, se construyen obras de infraestructura como caminos, puentes y proyectos de tecnología con bajos niveles de emisión de carbono, y se brinda apoyo a las pequeñas y medianas empresas y a las instituciones de microfinanciamiento que otorgan préstamos a los pobres, señala Zoellick.
"La meta del 0,7% del paquete de reactivación de cada país desarrollado equivale a sólo una mínima fracción de los cientos de miles de millones empleados para rescatar bancos; sin embargo, podría representar una gran ayuda para los cientos de millones de personas que son víctimas de una crisis que no provocaron", sostiene Zoellick en un artículo de opinión publicado en el Financial Times el 25 de enero.
Los países en desarrollo sienten el impacto
Desde Estados Unidos hasta Japón, los países ricos están elaborando grandes paquetes de reactivación económica para combatir la catástrofe financiera. Pero los países menos desarrollados no tienen los recursos necesarios para hacer lo mismo.
África, que inicialmente no se vio afectada por las quiebras de bancos, enfrenta ahora una disminución de los flujos de capitales, merma de remesas, estancamiento de la ayuda extranjera y caída de los precios de los productos básicos y los ingresos provenientes de la exportación, dice en su blog Shanta Devarajan i, economista del Banco Mundial.
"El continente experimentará casi con seguridad una desaceleración en el crecimiento. Y si nos guiamos por lo ocurrido en otras ocasiones, esta desaceleración repercutirá en el desarrollo humano", señala Devarajan.
La caída "sin precedentes" en la producción mundial y la disminución del 5% en el PIB mundial durante el último trimestre de 2008 son indicios de que en 2009 se observará una clara reducción del PIB mundial, aun cuando se produzca un moderado rebote en la segunda mitad del año, según los investigadores del Banco Mundial que conforman el Grupo de análisis de las perspectivas de desarrollo.
El volumen del comercio mundial se está contrayendo abruptamente y se prevé que en 2009 caiga por primera vez en 27 años, sostienen los expertos.
Según las proyecciones, el crecimiento de las inversiones en el mundo en desarrollo se reducirá del 13% registrado en 2007 al 3,5% en 2009, debido a la restricción en las condiciones crediticias y la menor disposición a afrontar riesgos.
Aumento del desempleo
El índice mundial de desempleo podría llegar al 7,1% (lo que representa un aumento del 1,4% en relación con 2007) y alcanzar el 7,9% en las economías desarrolladas y la Unión Europea, se afirma en un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo. Esto se traduciría en la pérdida de 51 millones de puestos de trabajo, según la hipótesis más pesimista presentada en el informe.
Mientras que en muchos países desarrollados desaparecen empleos a una velocidad creciente —varias empresas importantes anunciaron 70.000 despidos tan solo el lunes—, los países en desarrollo también están sufriendo.
En la República Democrática del Congo se han perdido aproximadamente 300.000 puestos de trabajo en el sector minero. En Brasil se produjeron 654.000 despidos en diciembre. China, que está elaborando su propio paquete de reactivación por valor de US$586.000 millones, podría perder millones de empleos durante el nuevo año i.
En qué puede ayudar el Fondo contra la vulnerabilidad
El Fondo contra la vulnerabilidad podría ayudar a los países en desarrollo que no pueden solventar planes de rescate ni déficits financiando inversiones en tres sectores clave:
• Proyectos de infraestructura, que contribuirían a dar trabajo a los habitantes de los países en desarrollo a la vez que construyen las bases para el futuro crecimiento y la productividad;
• Programas de protección social, como las transferencias de efectivo condicionadas, que permiten a las familias mantener a sus hijos en la escuela, obtener una adecuada nutrición y procurar asistencia médica;
• Financiamiento para pequeñas y medianas empresas e instituciones microfinancieras, que ayude al sector privado a crear puestos de trabajo; ésta es según Zoellick, "la mejor red de protección social".
El Grupo del Banco Mundial ya cuenta con programas para otorgar financiamiento expeditivo a proyectos de infraestructura i y recapitalización de bancos i (entre otras medidas de respuesta a la crisis), que están dando rápidos resultados. (Véase el recuadro). Su Programa para hacer frente a la crisis mundial de los alimentos, elaborado en respuesta al fuerte incremento de los precios de los alimentos y la creciente malnutrición que se registraron el año pasado, incluye un mecanismo de financiamiento de vía rápida destinado a redes de protección social.
El Fondo contra la vulnerabilidad se valdría de los mecanismos ya existentes para hacer llegar los fondos con rapidez y flexibilidad, con el respaldo de controles y salvaguardias que garanticen el uso adecuado del dinero, señala Zoellick.
"El apoyo a un Fondo contra la vulnerabilidad puede ayudar a limitar la gravedad y el alcance de la crisis internacional, evitar que se propague el malestar social y ayudar a salvar a una generación de caer en una nueva trampa de la pobreza", sostuvo Zoellick en el artículo de opinión en el que describe la propuesta, publicado el 22 de enero en el New York Times.