De acuerdo con un informe que UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS) dieron a conocer hoy, la diarrea es todavía la enfermedad que cobra más vidas infantiles, más incluso que el SIDA, el paludismo y el sarampión combinados.
"Es trágico que la diarrea, apenas un inconveniente más en el mundo desarrollado, acabe con las vidas de aproximadamente 1.5 millones de niños todos los años", dijo la Directora Ejecutiva de UNICEF, Ann M. Veneman.
A escala mundial, cerca del 88% de las defunciones por diarrea se atribuyen a la mala calidad del agua, el saneamiento inadecuado y la higiene deficiente. En 2006, un total de 2,500 millones de personas del mundo entero carecían de acceso a instalaciones adecuadas de saneamiento, y aproximadamente una de cada cuatro personas en los países en desarrollo defecaban al aire libre.
El acceso a agua salubre y las buenas prácticas de higiene son sumamente efectivos para prevenir la diarrea infantil. Se ha demostrado que lavarse las manos con agua y jabón reduce la incidencia de enfermedades diarreicas en más del 40%, lo que convierte a esta práctica en una de las intervenciones más eficaces en función del costo para reducir la mortalidad infantil por esta causa.
"Hay tratamientos económicos y eficaces contra la diarrea. No obstante, en los países en desarrollo, solamente el 39% de los niños que presentan diarrea reciben el tratamiento recomendado".
La doctora Margaret Chan, Directora General de la OMS, dijo: "Sabemos dónde están muriendo los niños a causa de la diarrea. También sabemos lo que se debe hacer para evitar esas muertes. Debemos trabajar con los gobiernos y los asociados para poner en marcha un plan de siete puntos básicos".

La diarrea es un síntoma frecuente de infección gastrointestinal que puede tener diversos orígenes. Sin embargo, muy pocos organismos provocan los casos más graves.
Sin embargo, el rotavirus, es responsable de más del 40% de todas las hospitalizaciones de niños menores de cinco años. Desde hace poco tiempo existe una vacuna segura y eficaz contra el rotavirus, pero todavía es muy difícil de conseguir en la mayoría de los países en desarrollo.
A pesar de que la mayor parte de los episodios de diarrea infantil son leves, los casos agudos pueden provocar una pérdida importante de fluidos y, por lo tanto, deshidratación. Cuando los fluidos no se reemplazan con rapidez, el niño puede morir.
El estado general de salud y la condición nutricional de los niños determinan, en gran medida, su susceptibilidad a la diarrea y a sus efectos nocivos. Los niños desnutridos presentan episodios de diarrea más frecuentes, graves y prolongados y, a su vez, los episodios repetidos pueden empeorar su situación nutricional.
El plan de siete puntos para salvar las vidas de los niños afectados por la diarrea incluye dos elementos de tratamiento y cinco elementos de prevención.
Los dos elementos de tratamiento son:
a) Reemplazo de fluidos para evitar la deshidratación y b) Administración de zinc, que reduce la gravedad y la duración de los episodios.
Los cinco elementos de prevención son:
a) Vacunación contra el rotavirus y el sarampión.
b) Alimentación inmediata y exclusiva con leche materna y suplementos de vitamina A.
c) Lavado de las manos con agua y jabón.
d) Mejoramiento de la calidad del agua y aumento de su consumo.
e) Promoción del saneamiento en las comunidades.
Las campañas para combatir la diarrea infantil que se llevaron a cabo en las décadas de 1970 y 1980 fueron exitosas gracias a la educación que se impartió a las personas encargadas de cuidar a los niños y a la ampliación de la escala de la terapia de rehidratación oral para prevenir la deshidratación.
A pesar de esos prometedores resultados, pronto la atención se centró en otros problemas de salud. Sin embargo, actualmente existe una necesidad imperiosa de volver a dedicar recursos y atención al tratamiento y la prevención de la diarrea.