
El Índice del Planeta Feliz 2.0: Por qué las buenas vidas no tienen que costar un mundo (The Happy Planet Index 2.0: Why good lives don't have to cost the earth), publicado por nef (new economics foundation) el pasado 4 de julio, muestra que, globalmente, todavía estamos lejos de lograr buenas vidas para el planeta y que aunque hay señales de esperanza, en general, estamos siguiendo la ruta equivocada. De un total de 100 puntos, el conjunto de la humanidad sólo alcanza 49, situándose al borde del aprobado.
El estudio presenta los resultados de la segunda compilación global del Índice del Planeta Feliz (IPF), basado en datos corroborados de 143 países que representan el 99 por ciento de la población mundial. Este índice examina en detalle la economía desde su producción positiva (vidas con duración y felicidad variables) y sus inversiones esenciales (recursos limitados de la Tierra) y proporciona una guía de lo que fundamentalmente interesa a seres humanos: el bienestar en términos de vidas prolongadas, felices y con propósito, y de lo que importa al planeta: el consumo de recursos.
"Mientras el mundo enfrenta la triple dificultad de una profunda crisis financiera, la aceleración del cambio climático y el tope inminente en la producción de petróleo necesitamos desesperadamente una nueva brújula que nos guíe. El hecho de dejarnos conquistar por la melodía del crecimiento económico sólo ha producido beneficios marginales para los más pobres del mundo, no ha mejorado notablemente el bienestar de aquellos que ya eran ricos y ni siquiera produjo estabilidad económica. Ahora tenemos que usar el Índice del Planeta Feliz para romper el encanto y trazar un nuevo camino hacia una economía de alto bienestar con bajas emisiones de carbono, antes de que nuestros estilos de vida de alto consumo nos arrojen en el caos de un cambio climático irreversible" manifestó Nic Marks, fundador del centro para el bienestar de nef.
Resultados: el planeta es más feliz en América Latina
A la cabeza del índice se sitúa Costa Rica. Los costarricenses reportan el más alto bienestar del mundo, poseen la segunda mayor esperanza de vida en la región americana (segunda sólo después de Canadá) aunque su huella ecológica sea superior a la de otras naciones.
En la cabeza del ránking también el conjunto de América Latina. Nueve de las primeras diez naciones del índice están en Latinoamérica. De entre 143, el país la puntuación más alta del G20, es Brasil, en 9º lugar.
Bajan posiciones tres de los países más grandes del mundo: Estados Unidos, con una posición especialmente pobre, el 114 de 143 países; China (20) e India (35), que fueron todos “más verdes y felices” hace 20 años.
Mediocre Occidente
Uno de los aspectos que más llama la atención del IPF es que los países que se supone deberían representar un desarrollo exitoso son los que peor calificación tienen en términos de crear bienestar dentro de los límites de la Tierra.
La nación occidental con mayor puntuación son los Países Bajos, alcanzando sólo el puesto 43 de entre 143. El Reino Unido languidece en la mitad de la tabla en el puesto 74, mucho más atrás que Alemania (51), Italia (69) y Francia (71), y dos puestos por encima de España (76). Sólo lo sobrepasan Georgia y Eslovaquia, pero está mejor ubicado que Japón (75) e Irlanda (78). Especialmente pobres loa resultados de Estados Unidos, que baja hasta el puesto 114; de Luxemburgo, en el puesto 122; y de Estonia, en la cola de los europeos (131).
África en la cola
Los países peor clasificados pertenecen al continente africano, que copa los últimos puestos del ránking. Los cinco más “infelices” con el planeta: Burundi, Namibia, Botsuana, Tanzania y Zimbabue.
Mayor felicidad no es igual a mayor consumo
Ningún país mencionado en el IPF 2.0 logra los tres objetivos de alto bienestar, alta esperanza de vida y vida en un solo planeta, pero las diferencias entre las naciones muestran que es posible vivir vidas prolongadas y felices con huellas ecológicas mucho más pequeñas que las de las naciones con mayor consumo. El desafío para occidente, dice el informe, no es el de no continuar aumentando nuestros ingresos monetarios sino asegurar vidas significativas y fuertes lazos sociales. A menudo, lograr estos propósitos significa reducir el enfoque en el consumo y dedicar más tiempo a otros intereses.
"El Índice del Planeta Feliz sugiere que el rumbo que hemos tomado es, sin excepción, incapaz de lograr los tres propósitos: alto bienestar, alta esperanza de vida y vida en un solo planeta. Por el contrario, necesitamos un nuevo modelo de desarrollo que produzca buenas vidas para todos y que no cueste un mundo. Deberíamos tener en cuenta el Índice del Planeta Feliz para guiarnos en esa tarea" dice Saamah Abdallah, investigador de nef y autor principal del informe.
Manifiesto del Planeta Feliz
Este año, el informe presenta además un "Manifiesto del Planeta Feliz", con el que nef realiza un llamamiento a un esfuerzo colectivo global para desarrollar una nueva narrativa del progreso humano, promover buenas vidas que no cuesten un mundo y reducir el consumo en las naciones más consumidoras, a día de hoy la barrera más grande para el logro de un bienestar sostenible. Entre otras cuestiones, el manifiesto pide:
* Que los gobiernos midan consistente y regularmente el bienestar de la gente y el impacto ambiental y que desarrollen un marco de cuentas nacionales que considere la interacción entre ambos como una guía que nos encamine al bienestar sostenible.
* Que las naciones desarrolladas delimiten un objetivo de IPF de 89 antes de 2050 lo cual significa reducir la huella per cápita a vivir en un solo planeta, aumentando el bienestar medio a ocho (en una escala de 0 a 10) y continuando hacia un aumento gradual de la esperanza de vida media hasta los 87 años.
* Que las naciones desarrolladas y la comunidad internacional apoyen a los países en vía de desarrollo para que logren el mismo objetivo antes de 2070.
Puedes firmar el Manifiesto del Planeta Feliz aquí