
Estos remanentes bélicos se encuentran en kilómetros del territorio e impiden la recuperación económica del país. El informe señala que cerca de un millón de niños se encuentran en riesgo de morir o quedar heridos como consecuencia de minas o artefactos explosivos sin detonar. Dos mil menores han muerto o han perdido extremidades en los últimos siete años por la explosión de bombas de racimo.
Irak es parte desde 2008 de la Convención que prohíbe las minas antipersonales, pero según los organismos de la ONU va a ser imposible que cumpla con las obligaciones que le impone ese instrumento.