De las misiones humanitarias a la soledad de una misión
Hace más de 5 años que Pierre Foldes dejó la sabana africana y trabaja en un pequeño pueblo a las afueras de París. Su técnica sigue viva y perfeccionándose, pero hasta el momento ningún otro médico en el mundo ha tenido interés en continuar con los secretos de esta operación.
En su minúsculo consultorio, combina la profesión de urólogo con su misión de salvador para reparar los sexos mutilados de las mujeres que llegan hasta él en busca de ayuda. Las amenazas de muerte por extremistas continúan, pero parece que Foldes lo justifica:
“Supongo que me he convertido en un feminista. Para mí es imposible concebir esta cirugía sin cierto tipo de militancia a favor de las mujeres (…) quizá esto reduce las posibilidades de que otros hombres realicen este trabajo. Pero en mi caso no podía ser de otra forma: encontré a todas estas mujeres traumatizadas por un crimen que ha sido concebido por una cu

ltura masculina y machista. Como médico no podía permanecer indiferente. Reaccioné como médico, pero también como ser humano”
Y la lista de espera es cada vez más numerosa, la voz se ha corrido y sólo él puede operarlas; además lo hace de forma gratuita.
Si las mujeres cuentan con papeles de residencia francesa, la seguridad social cubre los gastos, cuando no es así, el propio doctor Foldes paga el coste de 200 euros.
El colmo del sinsentido es que las familias de estas mujeres han pagado hasta 1000 euros para que una partera africana mutile a las pequeñas.
“La operación no es ningún artificio. No hay misterio. Ni es mágica ni es imposible. Se trata simplemente de una cirugía plástica reparativa. Con la parte interna del clítoris que nunca es extirpada completamente -porque mide unos 10 centímetros-, busco los fragmentos inicialmente rotos y reconstruyo un glande que luego coloco en su sitio original.
En unas semanas la piel cicatriza y la sensibilidad regresa en un plazo no mayor a seis meses. La técnica está oficialmente publicada y las mujeres recuperan el placer sexual paulatinamente”, afirma este "redentor del placer "
En la dignidad femenina, la herida es profunda
Pierre Foldes ha operado en Francia a unas trescientas mujeres. Y cada día le espera una labor de titanes. Tan sólo en territorio francés las estadísticas hablan con inseguridad de entre 35 mil y 60 mil mujeres mutiladas o en peligro de serlo. Por eso Foldes sabe que su labor va más allá del quirófano. Dicta conferencias, asiste a congresos, habla con periodistas.
“Es verdad que hacen falta más médicos que hagan esto pero sobre todo, tenemos que detener el problema. Yo soy ahora el portavoz de quienes me confiaron su experiencia. Más que operar a estas mujeres para devolverles el placer, yo necesito hablar por ellas y para ellas. Que tengan una esperanza y que otras no vivan en la desesperanza de que antes o después serán mutiladas porque una sociedad de valores masculinos así lo exige”
La mayoría de sus pacientes viven en Francia, pero poco a poco las mujeres vienen del corazón mismo del problema. Viajan desde África para recuperar su deseo sexual. Muchas de ellas apenas han descubierto que les extirparon la dignidad, para otras es un recuerdo doloroso de su primera infancia o de un ritual femenino de iniciación durante la adolescencia. Pero de manera creciente, el factor común es la indignación, el sentimiento de que las han despojado de su feminidad.
“El gran problema es que ellas no tienen la palabra sobre sus propias vidas. Los hombres les hemos robado la voz a las mujeres en muchas sociedades. Yo he vivido ahí y estoy seguro de que si las mujeres pudieran decidir, hace mucho tiempo que este horror hubiera terminado”
Pierre Foldes sabe que va contra reloj: por cada 10 mujeres que interviene 42 mil son mutiladas. Tiene 56 años, la mitad de ellos dedicados a este tema. Sus cinco hijos son aún muy pequeños para imitarlo y mientras tanto, su misión todavía no tiene herederos.